jueves, 20 de junio de 2019

Día #13: Adjara - Batumi (I)

Último día de conducción por las carreteras georgianas. Hoy dejamos atrás las montañas de Adjara, no sin antes disfrutar de un desayuno (al igual que la cena de anoche) copioso y 100% natural y orgánico. Huevos, mermeladas, mantequilla, pan... todo hecho en casa. Una delicia. 







En el camino hacia la costa, unas breves paradas para ver un par de puentes medievales sobre un río de un color marrón, no por suciedad, sino por todo lo que seguramente arrastra o esconden sus fondos...


...un tanque, regalo de Stalin a la gente por su apoyo en la Guerra...

...y una cascada dentro de un parque natural, muy turística y llena de contrates, y si no deteneros en esta foto... (sin comentarios... y eso que no ha salido el que llevaba un loro y un monito para que te sacaras la foto con él debajo de la cascada)...


Y, tristemente, hemos tenido que decir adiós a nuestro querido ‘georgito’ que tantas alegrías nos ha dado, y que tan bien se ha portado durante los 1.700 kilómetros que le hemos hecho.

Y es que hemos llegado a nuestra última etapa del viaje (la última en Georgia, que ya sabéis que luego hacemos una paradita en Estambul). Estamos en Batumi, en el Mar Negro. Nos suena como de novela, eso del Mar Negro. Parece mentira si hace unos meses alguien nos pregunta dónde está este Mar, qué países bañan sus aguas, etc. creo que no hubiéramos sido capaces de responder con criterio. Pues bien, aquí estamos, a escasos metros de sus aguas, que bañan esta parte de la costa georgiana (además de Turquía, Rusia, Ucrania, Bulgaria y Rumania).

Era ya la hora de comer, o al menos, nos había entrado el  hambre, así que como la oficina de devolución del coche estaba relativamente cerca del Mercado de Pescado, para allí que nos hemos ido. No es muy grande,  pero tiene su aquel. Lo tienen montado de tal manera, que tú seleccionas el pescado o marisco que quieres comer, aquí te lo limpian...



...y luego te acompañan a la zona de restaurantes donde te lo cocinan a la parrilla. Una delicia, por lo rico, fresco y económico del producto...

...y por la ubicación prácticamente sobre las aguas... Todo un acierto.

Desde aquí, nos hemos acercado, sin un rumbo fijo, al Miracle Park. Desde lejos ya se puede divisar parte del skyline de Batumi. 

Esta ciudad nada tiene que ver con el resto del país, ni tan siquiera con la capital, Tbilisi. Y es que su pasado tan solo se remonta a la época más reciente sovietica, cuando era un sitio comercial y también una ciudad balnearia que atraía a una numerosa población rusa. Tras la independencia del país, se esforzaron por dotar a este enclave de toda la modernidad posible, haciéndola atractiva para el turismo. Aquí, principalmente hay rusos (un montón) y turcos (la frontera está a escasos 20 kilómetros, y como aquí hay casinos y alcohol muy barato, y en su país lo tienen prohibido....).


...aunque los parroquianos siguen a lo suyo, esto es, sus partidas de backgammon!!!

...y de ajedrez (en 2018 se celebró aquí el campeonato mundial de ajedrez).

El calor apretaba de lo lindo, así que una reparadora siesta antes de salir a cenar el plato más típico de esta región, el  adjarian khachapuri, ese pan crujiente con forma de barco, al que le echan queso, huevo y un poco de mantequilla, que hay que revolver bien antes de hincarle el diente. También hemos vuelto a probar las ricas limonadas (de limón en este caso) que tanto nos gustan (y que tanto les gustan a los georgianos).

...y no hemos desaprovechado la ocasión de seguir con el reto de probar todos los sabores que la inmejorable heladería Luca Polare tiene en sus vitrinas...

Seguiremos informando.

1 comentario:

  1. Hola chicos,
    Estupendo plan comer en el mercado el pescado que uno elige¡
    Muy chulas las fotos de los puentes, de la rubia en la cascada.. qué daño ha hecho el intagram¡¡jeje
    Besitos

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